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La palabra enterrada
Cómo se escribe

Comó se escribe enterrada o enterada?

Las palabras Enterrada y Enterada son ambas correctas

Las dos palabras enterrada y enterada aparecen en diversos libros de la literatura castellana y por tanto ambas palabras están admitidas en el castellano

Enterrada puede ser confundida con enterada ya que es una es una variación en las letras r


la Ortografía es divertida

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Sinonimos de Enterada

Sinonimos de enterrada

una forma de saber si se escribe enterada o enterrada es por su uso en las frases de libros famosos

Algunas Frases de libros en las que aparece enterada

La palabra enterada puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 16307
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —El Magistral —respondió don Víctor, que suponía a su mujer enterada de lo mismo que preguntaba. ...

En la línea 1011
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Yo temo, gentleman, que a estas horas la policía esté enterada de que, efectivamente, el tal hombre era Ra-Ra y que, protegido por usted, entró en nuestro palacio para ver a Popito… ¡Usted, gentleman, mezclándose en cosas políticas de nuestro país y apoyando de una manera tan descarada a un propagandista del 'varonismo', enemigo de la tranquilidad del Estado! Tiemblo por usted y tiemblo por mí. ...

En la línea 2336
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Bien enterada estás.—Lo sé por Feliciana, a quien se lo contó, días atrás, un señor que es amigo de Villalonga. Pues verás, él cayó con la pulmonía en Febrero, y en este entremedio conocí yo al chico con quien hablo… El otro estuvo dos meses muy malito… si se va si no se va. Por fin salió, y en Marzo se fue con su mujer a Valencia. ...

En la línea 2765
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Vino doña Lupe muy temprano, y enterada que Maxi estaba bien, empezó a dar órdenes y más órdenes, y a incomodarse porque ciertas cosas no se habían hecho como ella mandara. Iba de la sala a la cocina y de la cocina a la sala, dictando reglas y pragmáticas de buen gobierno. Maxi se quejaba de que su mujer estaba más tiempo fuera de la alcoba que en ella, y la llamaba a cada instante. ...

En la línea 3920
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Al entrar en la calle de Mira el Río, encontraron a Severiana, a quien doña Lupe había visto algunas veces. Llevaba un vaso con medicina, tapado con un papel a estilo de botica antigua. Doña Lupe la interrogó, y enterada la otra de que iban a ver a su hermana, hizo gustosamente de introductora, guiándolas por el sucio portal, la menos sucia y tortuosa escalera, hasta llegar al corredor. Ya se sabe que la vivienda de Severiana era una de las mejores de aquel falansterio, y que por su capacidad y arreglo bien podía pasar por lujosa en semejante vecindad. Vivía en compañía con aquélla una tal doña Fuensanta, viuda de un comandante, y la casa respondía a esta situación comanditaria, pues constaba de dos salitas enteramente iguales, cada una con ventana a la calle. Entre la puerta y la sala primera había un pasillo, en el cual se veía la artesa de lavar y la entrada de la cocina, cuya reja daba al corredor. Dos piezas interiores completaban el cuarto. Cuando Guillermina, comprendiendo el fin próximo de Mauricia, indujo a Severiana a sacarla del hospital por tercera vez y llevarla a su casa, la señora viuda del comandante cedió su cuarto para tan benéfico objeto, trasladando sus muebles al cuarto de otra vecina. Mauricia fue, pues, instalada en la segunda de las dos salitas. Severiana tenía su cama en la alcoba interior, y la sala primera estaba destinada a recibir visitas, como lo declaraban el relativo lujo de la cómoda, las sillas de Vitoria nuevecitas, el sofá de lo mismo, la mesa con cubierta de hule, el cuadrito de los dos corazones amantes, el de la Numancia en mar de musgo, los retratos de militares cuñados de Severiana, la estera de esparto flamante y sin ningún agujero, de empleitas rojas y amarillas, y en fin, las laminotas que recientemente habían sido adquiridas en el Rastro por una bicoca. Eran excelentes grabados ya pasados de moda, el papel viejo y con manchas de humedad, los marcos de caoba, y representaban asuntos que nada tenían de español, por cierto, las batallas de Napoleón I, reproducidas de los un tiempo célebres retratos de Horacio Vernet y el barón Gros. ¿Quién no ha visto el Napoleón en Eylau, y en Jena, el Bonaparte en Arcola, la apoteosis de Austerlitz y la Despedida de Fontainebleau? ...

En la línea 5699
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... La escena tomó aún peor carácter con la aparición de doña Casta, que hubo de llegar a la tienda en aquel instante, y enterada de la zaragata, subió renqueando, y entró en el teatro del dramático suceso, dando gritos. «¡Hija de mi alma!… ¡Pero qué!… ¡la han matado!… ¡Sangre!… ¡Ay, Dios mío! ¡Aurora… Aurora… ! ¿Pero quién ha sido?… ¡Ah!, esa mujer… ». ...

En la línea 4107
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... «Seguramente ‑pensó‑, Raskolnikof es un conspirador político y está en vísperas de dar un golpe decisivo. No puede ser otra cosa… Y Dunia está enterada.» ...

En la línea 4421
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑He aquí su carta ‑dijo depositándola en la mesa‑. Lo que usted me dice en ella no es posible. Me deja usted entrever que mi hermano ha cometido un crimen. Sus insinuaciones son tan claras, que sería inútil que ahora tratase usted de recurrir a subterfugios. Le advierto que, antes de recibir lo que usted considera como una revelación, yo estaba enterada ya de este cuento absurdo, del que no creo ni una palabra. Es una suposición innoble y ridícula. Sé muy bien de dónde proceden esos rumores. Usted no puede tener ninguna prueba. En su carta me promete demostrarme la veracidad de sus palabras. Hable, pues. Pero sepa por anticipado que no le creo, no le creo en absoluto. ...

En la línea 4686
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑No, yo no le he dicho nada claramente; pero ella sabe muchas cosas. Te ha oído soñar en voz alta la noche pasada. Estoy seguro de que está enterada de buena parte del asunto. Tal vez he hecho mal en ir a verla. Ni yo mismo sé por qué he ido. Soy un hombre vil, Dunia. ...

Para saber como se escribe enterrada o enterada puedes comparar la frecuencia de aparición ambas en el castellano.

Estadisticas de la palabra enterrada

Enterrada es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 23187 según la RAE.

Enterrada aparece de media 2.46 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la enterrada en las obras de referencia de la RAE contandose 374 apariciones .

Estadisticas de la palabra enterada

La palabra enterada no es muy usada pues no es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE

Reglas relacionadas con los errores de r

Las Reglas Ortográficas de la R y la RR

Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.

En castellano no es posible usar más de dos r


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