Cómo se escribe.org.es

La palabra henracimaban
Cómo se escribe

Comó se escribe henracimaban o enracimaban?

Cual es errónea Enracimaban o Henracimaban?

La palabra correcta es Enracimaban. Sin Embargo Henracimaban se trata de un error ortográfico.

La falta ortográfica detectada en la palabra henracimaban es que se ha eliminado o se ha añadido la letra h a la palabra enracimaban

Más información sobre la palabra Enracimaban en internet

Enracimaban en la RAE.
Enracimaban en Word Reference.
Enracimaban en la wikipedia.
Sinonimos de Enracimaban.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Enracimaban

Cómo se escribe enracimaban o henracimaban?
Cómo se escribe enracimaban o enrracimaban?
Cómo se escribe enracimaban o enrazimaban?
Cómo se escribe enracimaban o enracimavan?


El Español es una gran familia

Reglas relacionadas con los errores de h

Las Reglas Ortográficas de la H

Regla 1 de la H Se escribe con h todos los tiempos de los verbos que la llevan en sus infinitivos. Observa estas formas verbales: has, hay, habría, hubiera, han, he (el verbo haber), haces, hago, hace (del verbo hacer), hablar, hablemos (del verbo hablar).

Regla 2 de la H Se escriben con h las palabras que empiezan con la sílaba hum- seguida de vocal. Observa estas palabras: humanos, humano.

Se escriben con h las palabras que empiezan por hue-. Por ejemplo: huevo, hueco.

Regla 3 de la H Se escriben con h las palabra que empiezan por hidro- `agua', hiper- `superioridad', o `exceso', hipo `debajo de' o `escasez de'. Por ejemplo: hidrografía, hipertensión, hipotensión.

Regla 4 de la H Se escriben con h las palabras que empiezan por hecto- `ciento', hepta- `siete', hexa- `seis', hemi- `medio', homo- `igual', hemat- `sangre', que a veces adopta las formas hem-, hemo-, y hema-, helio-`sol'. Por ejemplo: hectómetro, heptasílaba, hexámetro, hemisferio, homónimo, hemorragia, helioscopio.

Regla 5 de la H Los derivados de palabras que llevan h también se escriben con dicha letra.

Por ejemplo: habilidad, habilitado e inhábil (derivados de hábil).

Excepciones: - óvulo, ovario, oval... (de huevo)

- oquedad (de hueco)

- orfandad, orfanato (de huérfano)

- osario, óseo, osificar, osamenta (de hueso)


Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra h

Algunas Frases de libros en las que aparece enracimaban

La palabra enracimaban puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 869
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¡Qué horror!… ¡Ah!, tunantes… ¡Bendito Dios!, ¡cómo le han puesto!… Anda, ¡que apañado estás!… ». Las vecinas se enracimaban en las puertas riendo y alborotando. Jacinta estaba atónita y apenada. Pasáronle por la mente ideas extrañas; la mancha del pecado era tal, que aun a la misma inocencia extendía su sombra; y el maldito se reía detrás de su infernal careta, gozoso de ver que todos se ocupaban de él, aunque fuera para escarnecerle. Nicarona dejó sus pinturas para correr detrás de los bergantes y de la zancuda, que también debía de tener alguna parte en aquel desaguisado. La osadía del negrito no conocía límites, y extendió sus manos pringadas hacia aquella señora tan maja que le miraba tanto. «Quita allá, demonio… quita allá esas manos» le gritaron. Viendo que no le dejaban tocar a nadie, y que su facha causaba risa, el chico daba patadas en medio del corro, sacando la lengua y presentando sus diez dedos como garras. De este modo tenía, a su parecer, el aspecto de un bicho muy malo que se comía a la gente, o por lo menos que se la quería comer. ...

En la línea 1416
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Jacinta tenía ya celos. Pero consolábase de ellos viendo que Juanín no quería estar en el regazo de su abuela y se deslizaba de los brazos de esta para buscar los de su mamá verdadera. En aquel punto de la escena que se describe, empezaron de nuevo las acusaciones y una serie de informes sobre los distintos actos de barbarie consumados por Juanín. Los cinco fiscales se enracimaban en torno a las dos damas, formulando cada cual su queja en los términos más difamatorios. ¡Válganos Dios lo que había hecho! Había cogido una bota de Isabelita y tirádola dentro de la jofaina llena de agua para que nadase como un pato. «¡Ay, qué rico!» clamaba Barbarita comiéndosele a besos. Después se había quitado su propio calzado, porque era un marrano que gustaba de andar descalzo con las patas sobre el suelo. «¡Ay, qué rico!… ». Quitose también las medias y echó a correr detrás del gato, cogiéndolo por el rabo y dándole muchas vueltas… Por eso estaba tan mal humorado el pobre animalito… Luego se había subido a la mesa del comedor para pegarle un palo a la lámpara… «¡Ay, qué rico!». ...

En la línea 1511
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Mientras duró el lavatorio, los Villuendas chicos se enracimaban en torno a su tiito, subiéndosele a las rodillas y colgándosele de los brazos para contarle las grandes cochinadas que hacía el bruto de Juanín. No sólo se comía las velas, sino que lamía los platos, y dimpués… tiraba los tenedores al suelo. Cuando su papá Ramón le reprendía, le enseñaba la lengua, diciendo hostias y otras isprisiones feas, y dimpués… hacía una cosa muy indecente, ¡vaya!, que era levantarse el vestido por detrás, dar media vuelta echándose a reír y enseñar el culito. ...

En la línea 2461
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Las recogidas formaban diferentes grupos sentadas en el suelo y en la escalera de madera que comunica el corredor principal con la huerta, y se quitaban las tocas para disminuir el calor de la piel. Algunas miraban el motor de viento que seguía inmóvil. Al borde del estanque que está al pie del aparato, había tres mujeres, Fortunata, Felisa y doña Manolita, sentadas sobre el muro de ladrillo, gozando de la frescura del agua próxima. Aquel era el mejor sitio; pero no lo decían, porque el egoísmo les hacía considerar que si se enracimaban allí todas las mujeres, el escaso fresco del agua se repartiría más y tocarían a menos. En el opuesto lado de la huerta, que era el sitio más apartado y feo, había un tinglado, bajo el cual se veían tiestos vacíos o rotos, un montón de mantillo que parecía café molido, dos carretillas, regaderas y varios instrumentos de jardinería. En otro tiempo hubo allí un cubil, y en el cubil un cerdo que se criaba con los desperdicios; pero el Ayuntamiento mandó quitar el animal de San Antón, y el cubil estaba vacío. ...


la Ortografía es divertida

Palabras parecidas a enracimaban

La palabra bonos
La palabra parroquianas
La palabra entregas
La palabra escalonados
La palabra lutera
La palabra sortijillas
La palabra electrizaba

Webs amigas:

Becas de Extremadura . VPO en Gijon . Catedral de Ulm . - Hotel Casares de Mar