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La palabra clientez
Cómo se escribe

Comó se escribe clientez o clientes?

Cual es errónea Clientes o Clientez?

La palabra correcta es Clientes. Sin Embargo Clientez se trata de un error ortográfico.

El Error ortográfico detectado en el termino clientez es que hay un Intercambio de las letras s;z con respecto la palabra correcta la palabra clientes

Más información sobre la palabra Clientes en internet

Clientes en la RAE.
Clientes en Word Reference.
Clientes en la wikipedia.
Sinonimos de Clientes.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Clientes

Cómo se escribe clientes o clientez?
Cómo se escribe clientes o slientes?

Algunas Frases de libros en las que aparece clientes

La palabra clientes puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 103
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... A las ocho, después de servir a todos sus clientes Pepeta se vio cerca del barrio de Pescadores. ...

En la línea 1262
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Había corrido mundo, tenía la deferencia de hablarle siempre en castellano, era entendido en hierbas medicinales, sin arrebatarle por esto sus clientes; en fin: que resultaba la única persona de la huerta capaz de alternar con él. ...

En la línea 756
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El joven asintió. Todo aquello lo había leído muchas veces en la introducción del gran catálogo de la casa; un cuaderno con vistas de las bodegas de Dupont, y sus numerosas dependencias, acompañadas de la historia de la casa y de elogios a sus elaboraciones; la obra maestra de don Ramón, que el amo regalaba a los clientes y visitantes con una encuadernación blanca y azul, los colores de las Purísimas pintadas por Murillo. ...

En la línea 1352
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Pero Luis no se arrepentía de su generosidad. Le alegraba enloquecer al rebaño miserable con el vino de los ricos. Era un placer de patricio romano, embriagando a sus clientes y esclavos con bebida de emperadores. ...

En la línea 6256
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Uno de nues tros clientes es mercader de caballos, debía dinero al bufete, y se mos traba recalcitrante. ...

En la línea 9737
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... ¡Y ojalá Dios me envié con frecuencia clientes como Vuestra Señoría! -Mientras tanto -dijo Felton-, conducidnos a la pequeña bahía de Chichester, antes dePortsmouth; ya sabéis qué hemos convenido que nos llevaréis allí. ...

En la línea 1119
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Uno del grupo, que parecía ejercer cierta autoridad sobre sus compañeros de oficio, acogió tal proposición con un gesto despectivo, expresando luego su extrañeza de que un hombre tan sabio como el profesor Flimnap creyese aun que los sastres geométras tomaban medida a sus clientes como en los tiempos remotos. ...

En la línea 1456
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... El despacho del señor Jaggers estaba poco alumbrado por una claraboya que le daba luz cenital; era un lugar muy triste. Aquella claraboya tenía muchos parches, como si fuese una cabeza rota, y las casas contiguas parecían haberse retorcido, como si quisieran mirarme a través de ella. No había por allí tantos papeles como yo me habría imaginado; por otra parte, vi algunos objetos heterogéneos, tales como una vieja pistola muy oxidada, una espada con su vaina, varias cajas y paquetes de raro aspecto y dos espantosas mascarillas en un estante, de caras algo hinchadas y narices retorcidas. El sillón del señor Jaggers tenía un gran respaldo cubierto de piel de caballo, con clavos de adorno que le daban la apariencia de un ataúd, y tuve la ilusión de que lo veía recostarse allí mientras se mordía su dedo índice ante los clientes. La habitación era muy pequeña y, al parecer, los clientes habían contraído la costumbre de apoyarse en la pared, pues la parte opuesta al sillón del señor Jaggers estaba grasienta de tantos hombros como en ella se habían recostado. Entonces recordé que el caballero del único ojo se había apoyado también en la pared cuando fui la causa involuntaria de que lo sacaran de allí. ...

En la línea 1457
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Me senté en la silla destinada a los clientes y situada enfrente del sillón del señor Jaggers, y me quedé fascinado por la triste atmósfera del lugar. Me pareció entonces que el pasante tenía, como el señor Jaggers, el aspecto de estar enterado de algo desagradable acerca de cuantas personas veía. Traté de adivinar cuántos empleados habría, además, en el piso superior, y si éstos pretenderían poseer el mismo don en perjuicio de sus semejantes. Habría sido muy curioso conocer la historia de todos los objetos en desorden que había en la estancia y cómo llegaron a ella; también me pregunté si los dos rostros hinchados serían de individuos de la familia del señor Jaggers y si era tan desgraciado como para tener a un par de parientes de tan mal aspecto; por qué los había colgado allí para morada de las moscas y de los escarabajos, en vez de llevárselos a su casa e instalarlos allí. Naturalmente, yo no tenía experiencia alguna acerca de un día de verano en Londres, y tal vez mi ánimo estaba deprimido por el aire cálido y enrarecido y por el polvo y la arena que lo cubrían todo. Pero permanecí pensativo y preguntándome muchas cosas en el despacho del señor Jaggers, hasta que ya me fue imposible soportar por más tiempo las dos mascarillas colgadas encima del sillón y, levantándome, salí. ...

En la línea 1683
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Una vez terminada aquella colación de precio moderado, teniendo en cuenta la grasa que no se cargaba a los clientes, regresamos a la Posada de Barnard, cogí mi maletín y luego ambos tomamos un coche hacia Hammersmith. ...

En la línea 1764
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... cabezas antes de bajarlas-: Son las dos muy célebres. Fueron dos clientes nuestros que nos acreditaron mucho. Éste - empezó a decir, pero se interrumpió para apostrofar a la cabeza diciéndole-: ¡Caramba! Sin duda has bajado por la noche a mirar el tintero, y por eso te has manchado en la ceja… - Y luego continuó -: Éste asesinó a su amo, y no planeó mal el crimen, porque no se le pudo demostrar.l - ¿Se le parece? - pregunté, retrocediendo, en tanto que Wemmick le escupía sobre la frente y le limpiaba luego con la manga. ...

En la línea 335
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... A unos cuantos pasos del último jardín de la población hay una taberna, una gran taberna que impresionaba desagradablemente al niño, e incluso lo atemorizaba, cuando pasaba ante ella con su padre. Estaba siempre llena de clientes que vociferaban, reían, se insultaban, cantaban horriblemente, con voces desgarradas, y llegaban muchas veces a las manos. En las cercanías de la taberna vagaban siempre hombres borrachos de caras espantosas. Cuando el niño los veía, se apretaba convulsivamente contra su padre y temblaba de pies a cabeza. No lejos de allí pasaba un estrecho camino eternamente polvoriento. ¡Qué negro era aquel polvo! El camino era tortuoso y, a unos trescientos pasos de la taberna, se desviaba hacia la derecha y contorneaba el cementerio. ...

En la línea 414
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Eran cerca de las nueve cuando llegó a la plaza del Mercado Central. Los vendedores ambulantes, los comerciantes que tenían sus puestos al aire libre, los tenderos, los almacenistas, recogían sus cosas o cerraban sus establecimientos. Unos vaciaban sus cestas, otros sus mesas y todos guardaban sus mercancías y se disponían a volver a sus casas, a la vez que se dispersaban los clientes. Ante los bodegones que ocupaban los sótanos de los sucios y nauseabundos inmuebles de la plaza, y especialmente a las puertas de las tabernas, hormigueaba una multitud de pequeños traficantes y vagabundos. ...

En la línea 1439
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Sólo había dos o tres clientes tomando el té y, en un departamento algo lejano, un grupo de cuatro personas que bebían champán. Raskolnikof creyó reconocer a Zamiotof entre ellas, pero la distancia le impedía asegurar que fuese él. ...

En la línea 4859
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... En sus cartas, Sonia hablaba también de sí misma. Decía que había logrado crearse relaciones y obtener cierta protección en su nueva vida. Se dedicaba a trabajos de aguja, y como en la ciudad escaseaban las costureras, había conseguido bastantes clientes. Lo que no decía era que había logrado que las autoridades se interesaran por la suerte de Raskolnikof y lo excluyeran de los trabajos más duros. ...

Reglas relacionadas con los errores de s;z

Las Reglas Ortográficas de la S

Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz

Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad

Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa

Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso

Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima

Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.

Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.

Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.

Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.

Las Reglas Ortográficas de la Z

Se escribe z y no c delante de a, o y u.

Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.

Ejemplos: pedazo, terraza

Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.

Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez

La X y la S


Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;z


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