Cual es errónea Bromas o Brromas?
La palabra correcta es Bromas. Sin Embargo Brromas se trata de un error ortográfico.
La falta ortográfica detectada en la palabra brromas es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra bromas
Algunas Frases de libros en las que aparece bromas
La palabra bromas puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1130
del libro la Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Además, las bromas de la fábrica habían embotado su susceptibilidad. ...
En la línea 2031
del libro la Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Los amigos del valentón le daban bromas al ver que después de las guindíllas daba tientos al jarro, sin cuidarse de si su enemigo lo imitaba. ...
En la línea 2072
del libro la Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Las bromas groseras del valentón hacían rugir de risa a la concurrencia. ...
En la línea 241
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El carácter bromista del marqués gozaba de tanta fama como su fuerza. El señor Fermín reía en la viña, repitiendo a los trabajadores las ocurrencias graciosas del de San Dionisio. Eran bromas de acción, en las que siempre había una víctima; genialidades crueles, para regocijar a un pueblo rudo. Un día, al pasar el marqués por el mercado, dos mendigos ciegos le reconocían por la voz y le saludaban con frases pomposas esperando que los socorriese como de costumbre. «Toma, para los dos». Y pasaba adelante, sin dar nada, mientras los dos pordioseros se insultaban, creyendo cada uno que su camarada había recibido la limosna y le negaba la mitad, hasta que, cansados de injuriarse, enarbolaban sus palos. ...
En la línea 677
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Ya sabes, Rafaé, que no me gustan ciertas bromas y que salgo a la reja porque me prometes que serás formal. ...
En la línea 787
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Luis Dupont, muy estirado, detrás del sillón de su tía, al ver a María de la Luz la hizo varios gestos, llegando a amenazarla con la mano. ¡Ah, maldito guasón! Siempre el mismo. Hasta el instante de la misa había estado en la cocina importunándola con sus bromas, como si aún durasen los juegos de la infancia. En algunos momentos había tenido que amenazarle entre risueña y ofendida por tener las manos largas. ...
En la línea 7768
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Por eso respondieron de una forma muy huraña a los saludos, a los brindis y a las bromas de sus camaradas. ...
En la línea 7974
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Me parece que estáis haciendo bromas de mal gusto, querido. ...
En la línea 9932
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... »Como se comprenderá, estas relaciones de parentesco entre Aramis y una costurera que llamaba a la reina hermana suya habían ame nizado la cháchara de los jóvenes; pero Aramis, después de haberse ruborizado dos o tres veces hasta el blanco de los ojos ante las gruesas bromas de Porthos, había rogado a sus amigos que no volvieran a to car el tema, declarando que si se le volvía a decir una sola pala bra,no imploraría más a su prima como intermediaria en este tipo de asuntos. ...
En la línea 2956
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Joaquín siguió algunos minutos hablando de aquellas bromas y se despidió. ...
En la línea 3357
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... No estaba él para bromas. ...
En la línea 3572
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... El calor del fogón, las bromas y la faena habían encendido brasas en las mejillas de Obdulia; una oreja le echaba fuego. ...
En la línea 5780
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Primero su madre tratándole como a un chiquillo, recordándole las calumnias con que le perseguían; después las noticias alarmantes y las bromas necias del médico, luego aquella Visitación, La Libre Hermandad, Olvidito faltando a la disciplina. ...
En la línea 488
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Barbarita, que conocía bien a su amiga, no machacaba como D. Baldomero, dejándola comer lo que quisiese o no comer nada. Si por acaso estaba en la mesa el gordo Arnaiz, se permitía algunas cuchufletas de buen género sobre aquellos antiquísimos estilos de santidad, consistentes en no comer. «Lo que entra por la boca no daña al alma. Lo ha dicho San Francisco de Sales nada menos». La de Pacheco, que tenía buenas despachaderas, no se quedaba callada, y respondía con donaire a todas las bromas sin enojarse nunca. Concluida la comida, se diseminaban los comensales, unos a tomar café al despacho y a jugar al tresillo, otros a formar grupos más o menos animados y chismosos, y Guillermina a su sillita baja y al teje maneje de las agujas. Jacinta se le ponía al lado y tomaba muy a menudo parte en aquellas tareas, tan simpáticas a su corazón. Guillermina hacía camisolas, calzones y chambritas para sus ciento y pico de hijos de ambos sexos. ...
En la línea 555
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Cuenta Villalonga que hace años hablaba Casa-Muñoz disparatadamente, y sostiene y jura haberle oído decir, cuando aún no era marqués, que las puertas estaban herméticamente abiertas; pero esto no ha llegado a comprobarse. Dejando a un lado las bromas, conviene decir que era el marqués persona apreciabilísima, muy corriente, muy afable en su trato, excelente para su familia y amigos. Tenía la misma edad que D. Baldomero; mas no llevaba tan bien los años. Su dentadura era artificial y sus patillas teñidas tenían un viso carminoso, contrastando con la cabeza sin pintar. Aparisi era mucho más joven, hombre que presumía de pie pequeño y de manos bonitas, la cara arrebolada, el bigote castaño cayendo a lo chino, los ojos grandes, y en la cabeza una de esas calvas que son para sus poseedores un diploma de talento. Lo más característico en el concejal perpetuo era la expresión de su rostro, semejante a la de una persona que está oliendo algo muy desagradable, lo que provenía de cierta contracción de los músculos nasales y del labio superior. Por lo demás, buena persona, que no debía nada a nadie. Había tenido almacén de maderas, y se contaba que en cierta época les puso los puntos sobre las íes a los pinares de Balsain. Era hombre sin instrucción, y… lo que pasa… por lo mismo que no la tenía gustaba de aparentarla. Cuenta el tunante de Villalonga que hace años usaba Aparisi el e pur si muove de Galileo; pero el pobrecito no le daba la interpretación verdadera, y creía que aquel célebre dicho significaba por si acaso. ...
En la línea 572
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... En medio de la jovial algazara que estas bromas producían, salió Guillermina, esparciendo sobre todos una sonrisa inefable que parecía una bendición. ...
En la línea 601
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Si todo lo que les pasa a las personas superiores mereciera una efeméride, es fácil que en una hoja de calendario americano, correspondiente a Diciembre del 73, se encontrara este parrafito: «Día tantos: fuerte catarro de Juanito Santa Cruz. La imposibilidad de salir de casa le pone de un humor de doscientos mil diablos». Estaba sentado junto a la chimenea, envuelto de la cintura abajo en una manta que parecía la piel de un tigre, gorro calado hasta las orejas, en la mano un periódico, en la silla inmediata tres, cuatro, muchos periódicos. Jacinta le daba bromas por su forzada esclavitud, y él, hallando distracción en aquellas guasitas, hizo como que le pegaba, la cogió por un brazo, le atenazó la barba con los dedos, le sacudió la cabeza, después le dio bofetadas, terribles bofetadas, y luego muchísimos porrazos en diferentes partes del cuerpo, y grandes pinchazos o estocadas con el dedo índice muy tieso. Después de bien cosida a puñaladas, le cortó la cabeza segándole el pescuezo, y como si aún no fuera bastante sevicia, la acribilló con cruelísimas e inhumanas cosquillas, acompañando sus golpes de estas feroces palabras: «¡Qué guasoncita se me ha vuelto mi nena!… Voy yo a enseñar a mi payasa a dar bromitas, y le voy a dar una solfa buena para que no le queden ganas de… ». ...
En la línea 1085
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Empiezo a creerte –contestó Hendon, con acento en que se mezclaban la burla y la convicción, pero aguarda aquí un momento, mietras corro a preguntar a su señoría, porque sin duda, como hombre experto en leyes, en bromas y en… ...
En la línea 698
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –¡Vamos, déjese de bromas y despachemos! ...
En la línea 1066
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... « ¿Casarme con ella?, ¿con la patrona? ¿Quién, yo? ¡Un Rodríguez de Alburquerque y Álvarez de Castro! ¡Hombre, no estoy para bromas! » Y parece que la ocurrencia le hizo un efecto tal que a poco se queda en ella. ...
En la línea 1905
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –No es la ocasión para bromas, creo. ...
En la línea 1906
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Al contrario, esta es la ocasión de bromas. ...
En la línea 1022
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑No gaste bromas. ...
En la línea 3225
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Ya veo que no me ha creído usted -prosiguió Porfirio‑. Usted supone que todo esto son bromas inocentes. ...
En la línea 4617
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Oiga, aquí no quiero bromas ‑ceceó. ...
En la línea 4622
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Eh, eh! ‑exclamó el soldado, abriendo aún más los ojos y mirándole con una expresión de terror‑. Ya le he dicho que éste no es sitio para bromas. ...
En la línea 766
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Despejada y clara la atmósfera, el calor benigno, las plantas en la plenitud de su coloración y riqueza, las tardes entrelargas y las mañanas alegres, aprovechose Lucía de tan buenas circunstancias para resolver a Pilar a salir al campo, según lo dispuesto por el doctor. Entraba en la medicación el que Pilar anduvíese a lomos de borrico, a fin de que el trotecillo desigual le sirviera de ejercicio moviendo su sangre, sin causarle fatiga; y aunque la enferma aborrecía con toda su alma semejante cabalgadura, y hasta salir del pueblo iba a pie a costa de arrastrarse trabajosamente, consentía en montar, apenas se hallaba fuera de poblado. El sacudimiento la agitaba, y sonroseábanse unas miajas sus mejillas. Lucía hallaba en ello ocasión de bromas. ...

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Las Reglas Ortográficas de la R y la RR
Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.
En castellano no es posible usar más de dos r
Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra r

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Errores Ortográficos típicos con la palabra Bromas
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Más información sobre la palabra Bromas en internet
Bromas en la RAE.
Bromas en Word Reference.
Bromas en la wikipedia.
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