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La palabra aprreciarr
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Comó se escribe aprreciarr o apreciar?

Cual es errónea Apreciar o Aprreciarr?

La palabra correcta es Apreciar. Sin Embargo Aprreciarr se trata de un error ortográfico.

La falta ortográfica detectada en la palabra aprreciarr es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra apreciar

Más información sobre la palabra Apreciar en internet

Apreciar en la RAE.
Apreciar en Word Reference.
Apreciar en la wikipedia.
Sinonimos de Apreciar.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Apreciar

Cómo se escribe apreciar o hapreciar?
Cómo se escribe apreciar o aprreciarr?
Cómo se escribe apreciar o apreziar?

Algunas Frases de libros en las que aparece apreciar

La palabra apreciar puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 618
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La caridad no había hecho nada por dignificar al hombre. Diecinueve siglos llevaba de reinado; la cantaban los poetas como inspiración divina; la ensalzaban los felices como la mayor de las virtudes, y el mundo estaba igual que el día en que apareció ella por primera vez con la doctrina del Cristo. La experiencia resultaba suficientemente larga para apreciar su inutilidad. ...

En la línea 1960
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Sólo mostraban alguna vehemencia al apreciar el valor con que habían muerto, el gesto que les acompañó al patíbulo. Juanón y el de Trebujena habían marchado al palo como lo que eran: como hombres incapaces de miedo ni de fanfarronadas. Los otros dos asesinos habían muerto como unos brutos. Y el recuerdo del pobre _Maestrico_ casi les dos reales; sino dos reales y medio, y atribuían este aumento a su sumisión y disciplina. «Siendo buenos, sacaréis más que a las malas», les habían dicho. Y ellos lo repetían, pensando con desprecio en los malvados alborotadores que intentaban arrastrarlos a la rebeldía. Siendo obedientes y humildes, tal vez llegasen, con el tiempo, a cobrar tres reales. ¡Una verdadera felicidad!... ...

En la línea 3580
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... D'Artagnan hizo otro tanto, con al guna inquietua más sin embargo, por aquellos nobles animales c uyo mérito había podido apreciar; pero tuvo el consuelo de ver que tres o cuatro criados se habían lanzado de las cocinas y las cuadras y se apoderaban al punto de sus monturas. ...

En la línea 746
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Recuerdo haber visto una montaña desde las orillas del canal del Beagle: y en aquel punto abarcaba la vista de un solo golpe toda la montaña desde la base al vértice; he vuelto a verla después, pero desde el estrecho de Ponsonby, y entonces dominando otras cadenas; pues bien, me pareció infinitamente más alta, porque las cadenas intermedias me permitían mejor apreciar su elevación. ...

En la línea 2840
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... ando los viajeros nos hablan de las dimensiones de las Pirámides y de algunas otras grandes ruinas, sentimos cierta sorpresa, pero ¡las ruinas más grandes no son nada, al lado de estas montañas de piedra acumuladas por animalillos pequeñísimos! Son de tal naturaleza estas maravillas que no se presentan, desde luego, a nuestros sentidos, sino que se necesita de la reflexión para poder apreciar toda su magnitud. ...

En la línea 3106
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... r mi parte, me inclino mucho a creer que una persona que conozca la música como para poder apreciar cada nota aislada, apreciará mejor el conjunto en un concierto, si tiene buen gusto; así como el que pueda apreciar en detalle todas las partes de un paisaje está más en condiciones de formar idea del total. viajero debe, pues ser botánico; porque en todos los paisajes, el más hermoso ornamento lo forman las plantas ...

En la línea 3106
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... r mi parte, me inclino mucho a creer que una persona que conozca la música como para poder apreciar cada nota aislada, apreciará mejor el conjunto en un concierto, si tiene buen gusto; así como el que pueda apreciar en detalle todas las partes de un paisaje está más en condiciones de formar idea del total. viajero debe, pues ser botánico; porque en todos los paisajes, el más hermoso ornamento lo forman las plantas ...

En la línea 1198
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Don Víctor levantó entonces los ojos y pudo apreciar que eran, en efecto, encantos los que no velaba bien aquella chica. ...

En la línea 1711
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Doña Anuncia pudo apreciar mejor la grandeza de su buena obra cuando vio que Ana estaba en la calle o poco menos. ...

En la línea 4039
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Delante del escaparate de una confitería nueva, la más lujosa de Vetusta, un grupo de pillos de ocho a doce años discutían la calidad y el nombre de aquellas golosinas que no eran para ellos, y cuyas excelencias sólo podían apreciar por conjeturas. ...

En la línea 4741
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... El pobre don Cayetano era hombre de algún talento para ciertas cosas, para lo formal, para las superficialidades de la vida mundana; pero ¿qué sabía él de dirigir un alma como la de aquella señora? Don Fermín no perdonaba al Arcipreste el no haberle entregado mucho antes aquella joya que él, Ripamilán, no sabía apreciar en todo su valor. ...

En la línea 1660
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Luego se veía acostado en una pobre cama, la del jardinero. Los testigos permanecieron junto a la puerta, dejando así más espacio a los dos médicos, que trabajaban en torno a el, después de haber bajado sus pantalones, para apreciar la herida. ...

En la línea 592
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Si, gentleman; al principio fue para mi un presentimiento más que una realidad. Las facciones de usted resultan tan enormes para nuestra vista, que la tal semejanza parecía diluirse en el espacio, y mis ojos no llegaban a abarcarla. Pero el doctor Flimnap tuvo la atención de prestarme una mañana la lente que usa, y pude apreciar el rostro de usted como si fuese el de un hombre de mi especie. Le confieso que nuestro parecido me causó un asombro igual al que usted muestra ahora. ...

En la línea 696
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Siguió el profesor hablando en tono de conferencista, pues todo su auditorio entendía el inglés con más o menos facilidad y era capaz de apreciar las florescencias de su estilo. ...

En la línea 1129
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Ya está acabado el traje, gentleman -decía Flimnap-. Hay que ponérselo inmediatamente, y con eso quedará terminado el conflicto con todo ese pueblo que no le conoce bien. Los empleados del gobierno quieren que salga usted de la Galería. Le será mas fácil vestirse al aire libre, y los sastres podrán apreciar mejor su obra. ...

En la línea 1655
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Aturdido por tal descubrimiento, cerró los ojos para condensar sus sentidos y poder apreciar lo que le rodeaba sin absurdos fantasmagóricos. El hecho de que el sol se convirtiese de pronto en una lampara eléctrica le hizo sospechar que estaba dormido o que el descenso al abismo oceánico había perturbado sus facultades mentales. ...

En la línea 48
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... En esto apareció en el extremo Oriente un nuevo artista, un genio que acabó de perturbar a D. Bonifacio. Este innovador fue Senquá, del cual puede decirse que representaba con respecto a Ayún, en aquel arte budista, lo que en la música representaba Beethoven con respecto a Mozart. Senquá modificó el estilo de Ayún, dándole más amplitud, variando más los tonos, haciendo, en fin, de aquellas sonatas graciosas, poéticas y elegantes, sinfonías poderosas con derroche de vida, combinaciones nuevas y atrevimientos admirables. Ver D. Bonifacio las primeras muestras del estilo de Senquá y chiflarse por completo, fue todo uno. «¡Barástolis!, ¡esto es la gloria divina—decía—; es mucho chino este… !». Y de tal entusiasmo nacieron pedidos imprudentes y el grave error mercantil, cuyas consecuencias no pudo apreciar aquel excelente hombre, porque le cogió la muerte. ...

En la línea 104
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Barbarita le quería mucho. Habíale visto en su casa desde que tuvo el don de ver y apreciar las cosas; conocía bien, por opinión de su padre y por experiencia propia, las excelentes prendas y lealtad del hablador. Siendo niña, Estupiñá la llevaba a la escuela de la rinconada de la calle Imperial, y por Navidad iba con él a ver los nacimientos y los puestos de la plaza de Santa Cruz. Cuando D. Bonifacio Arnaiz enfermó para morirse, Plácido no se separó de él ni enfermo ni difunto hasta que le dejó en la sepultura. En todas las penas y alegrías de la casa era siempre el partícipe más sincero. Su posición junto a tan noble familia era entre amistad y servidumbre, pues si Barbarita le sentaba a su mesa muchos días, los más del año empleábale en recados y comisiones que él sabía desempeñar con exactitud suma. Ya iba a la plaza de la Cebada en busca de alguna hortaliza temprana, ya a la Cava Baja a entenderse con los ordinarios que traían encargos, o bien a Maravillas, donde vivían la planchadora y la encajera de la casa. Tal ascendiente tenía la señora de Santa Cruz sobre aquella alma sencilla y con fe tan ciega la respetaba y obedecía él, que si Barbarita le hubiera dicho: «Plácido, hazme el favor de tirarte por el balcón a la calle», el infeliz no habría vacilado un momento en hacerlo. ...

En la línea 177
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El tiempo se pasa sin sentir para los que están en éxtasis y para los enamorados. Ni Jacinta ni su esposo apreciaban bien el curso de las fugaces horas. Ella, principalmente, tenía que pensar un poco para averiguar si tal día era el tercero o el cuarto de tan feliz existencia. Pero aunque no sepa apreciar bien la sucesión de los días, el amor aspira a dominar en el tiempo como en todo, y cuando se siente victorioso en lo presente, anhela hacerse dueño de lo pasado, indagando los sucesos para ver si le son favorables, ya que no puede destruirlos y hacerlos mentira. Fuerte en la conciencia de su triunfo presente, Jacinta empezó a sentir el desconsuelo de no someter también el pasado de su marido, haciéndose dueña de cuanto este había sentido y pensado antes de casarse. Como de aquella acción pretérita sólo tenía leves indicios, despertáronse en ella curiosidades que la inquietaban. Con los mutuos cariños crecía la confianza, que empieza por ser inocente y va adquiriendo poco a poco la libertad de indagar y el valor de las revelaciones. Santa Cruz no estaba en el caso de que le mortificara la curiosidad, porque Jacinta era la pureza misma. Ni siquiera había tenido un novio de estos que no hacen más que mirar y poner la cara afligida. Ella sí que tenía campo vastísimo en que ejercer su espíritu crítico. Manos a la obra. No debe haber secretos entre los esposos. Esta es la primera ley que promulga la curiosidad antes de ponerse a oficiar de inquisidora. ...

En la línea 339
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Una tarde fueron a comer a un bodegón de Triana, porque decía Juanito que era preciso conocer todo de cerca y codearse con aquel originalísimo pueblo, artista nato, poeta que parece pintar lo que habla, y que recibió del Cielo el don de una filosofía muy socorrida, que consiste en tomar todas las cosas por el lado humorístico, y así la vida, una vez convertida en broma, se hace más llevadera. Bebió el Delfín muchas cañas, porque opinaba con gran sentido práctico que para asimilarse a Andalucía y sentirla bien en sí, es preciso introducir en el cuerpo toda la manzanilla que este pueda contener. Jacinta no hacía más que probarla y la encontraba áspera y acídula, sin conseguir apreciar el olorcillo a pero de Ronda que dicen que tiene aquella bebida. ...

Reglas relacionadas con los errores de r

Las Reglas Ortográficas de la R y la RR

Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.

En castellano no es posible usar más de dos r


Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra r


El Español es una gran familia


la Ortografía es divertida

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