Cual es errónea Aceptado o Haceptado?
La palabra correcta es Aceptado. Sin Embargo Haceptado se trata de un error ortográfico.
La falta ortográfica detectada en la palabra haceptado es que se ha eliminado o se ha añadido la letra h a la palabra aceptado
Errores Ortográficos típicos con la palabra Aceptado
Cómo se escribe aceptado o haceptado?

la Ortografía es divertida
Algunas Frases de libros en las que aparece aceptado
La palabra aceptado puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 874
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Únicamente se habían aceptado los adelantos del progreso mecánico, como una arma de combate contra el enemigo, contra el trabajador. En los cortijos no existía otro utensilio moderno que las trilladoras. Eran la artillería gruesa de la gran propiedad. La trilla al sistema antiguo, con sus manadas de yeguas rodando en la era, duraba meses enteros, y los gañanes escogían esta época para pedir algún mejoramiento, amenazando con la huelga, que dejaba las cosechos a la intemperie. La trilladora, que realizaba en dos semanas el trabajo de dos meses, daba al amo la seguridad de la recolección. Además, ahorraba brazos y equivalía a una venganza contra la gente levantisca y descontenta, que acosaba a las personas decentes con sus imposiciones. Y en el _Círculo Caballista_ hablaban los grandes propietarios de los adelantos del país y de sus máquinas, que sólo servían para recoger y asegurar las cosechas, nunca para sembrarlas y fomentarlas, presentando hipócritamente este ardid de guerra como un progreso desinteresado. ...
En la línea 5835
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... El primo fue aceptado con resignación, eso fue todo. ...
En la línea 7249
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Es una cantidad para dos miserables como vosotros; por eso comprendo que hayas aceptado y lo perdono con una condición. ...
En la línea 6467
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Don Fermín se había propuesto no ir al Vivero aquella tarde; comprendía que eran allí todos íntimos de la casa menos él; ya había aceptado el convite porque. ...
En la línea 14257
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... La culpa la tenía él que había aceptado el convite. ...
En la línea 15692
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... ¡Tal vez si él hubiera aceptado, se hubiese evitado aquella desgracia. ...
En la línea 992
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... El 28 de enero de 1495 abandonó Carlos VIII la capital pontificia al frente de sus tropas. César Borgia cabalgaba a su derecha, llevando sobre su vestido de viaje la capa roja de cardenal. Había aceptado, con aparente conformidad, este papel de legado que disimulaba su verdadera condición de rehén. Los que lo conocían sospechaban que tanta mansedumbre debía ocultar algún propósito secreto. ...
En la línea 1038
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Reconoció que Borja se veía aceptado en dicho mundo como un joven simpático y de cualidades recomendables; pero tal vez el mayor de sus méritos consistía en ser allegado a la familia del embajador de España. ...
En la línea 1045
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Y cuando se había aceptado como medida prudente el matar a estos intrusos, que se presentaban de tarde en tarde, con la regularidad de una epidemia, llegaba el último Hombre-Montaña, y el Consejo Ejecutivo, faltando a la tradición, le concedía la vida. ...
En la línea 1202
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Gurdilo terminó declarando que el no podía admitir la petición del gobierno, y rogó al Senado que votase contra ella. Admitirla equivalía a servir una venganza particular. Podía haberse aceptado esta resolución en el primer momento de la llegada del Hombre-Montaña, cuando el Estado no había hecho aun ningún gasto; pero resultaba incongruente matarlo ahora, después de haber costado al país tan enormes sumas. ...
En la línea 1197
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Cuando fue al cuarto del Delfín, Barbarita le hacía tomar a este un tazón de té con coñac. En el comedor continuaba la bulla; pero los ánimos estaban más serenos. «Ahora—dijo la mamá—, han pegado la hebra con la política. Dice Samaniego que hasta que no corten doscientas o trescientas cabezas; no habrá paz. El marqués no está por el derramamiento de sangre, y Estupiñá le preguntaba por qué no había aceptado la diputación que le ofrecieron… ...
En la línea 5383
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Entró en el café del Siglo, donde creía encontrar a su hermano; pero Leopoldo Montes le dijo que habiendo aceptado Villalonga la Dirección de Beneficencia y Sanidad, había encargado a Juan Pablo un trabajo delicadísimo y muy enojoso… cosa de poner en claro unas cuentas de lazaretos; y me le tenía en la oficina de sol a sol. Allí le llevaban el café. No le venía mal a Juan Pablo que el director le encargase trabajos extraordinarios, pues esto significaba confianza, y tras la confianza vendría un ascenso. Hablaron de empleos y de política, diciendo Maximiliano cosas muy buenas. ...
En la línea 252
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... »Esto tiene un pase en mamá, que es así, pero en Dunia es inexplicable. Te conozco bien, mi querida Dunetchka. Tenías casi veinte años cuando te vi por última vez, y sé perfectamente cómo es tu carácter. Mamá dice en su carta que Dunetchka posee tal entereza, que es capaz de soportarlo todo. Esto ya lo sabía yo: hace dos años y medio que sé que Dunetchka es capaz de soportarlo todo. El hecho de que haya podido soportar al señor Svidrigailof y todas las complicaciones que este hombre le ha ocasionado demuestra que, en efecto, es una mujer de gran entereza. Y ahora se imagina, lo mismo que mamá, que podrá soportar igualmente a ese señor Lujine que sustenta la teoría de la superioridad de las esposas tomadas en la miseria y para las que el marido aparece como un bienhechor, cosa que expone (es un detalle que no hay que olvidar) en su primera entrevista. Admitamos que las palabras se le han escapado, a pesar de ser un hombre razonable (seguramente no se le escaparon, ni mucho menos, aunque él lo dejara entrever así en las explicaciones que se apresuró a dar). Pero ¿qué se propone Dunia? Se ha dado cuenta de cómo es este hombre y sabe que habrá de compartir su vida con él, si se casa. Sin embargo, es una mujer que viviría de pan duro y agua, antes que vender su alma y su libertad moral: no las sacrificaría a las comodidades, no las cambiaría por todo el oro del mundo, y mucho menos, naturalmente, por el señor Lujine. No, la Dunia que yo conozco es distinta a la de la carta, y estoy seguro de que no ha cambiado. En verdad, su vida era dura en casa de Svidrigailof; no es nada grato pasar la existencia entera sirviendo de institutriz por doscientos rublos al año; pero estoy convencido de que mi hermana preferiría trabajar con los negros de un hacendado o con los sirvientes letones de un alemán del Báltico, que envilecerse y perder la dignidad encadenando su vida por cuestiones de interés con un hombre al que no quiere y con el que no tiene nada en común. Aunque el señor Lujine estuviera hecho de oro puro y brillantes, Dunia no se avendría a ser su concubina legítima. ¿Por qué, pues, lo ha aceptado? ...
En la línea 3595
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... De pronto, Amalia Ivanovna enrojeció y replicó agriamente que ella siempre había dado muestras de las mejores intenciones y que hacía ya bastante tiempo que no recibía Geld por el alquiler de la habitación de Catalina Ivanovna. Ésta le replicó que mentía al hablar de buenas intenciones, pues el mismo día anterior, cuando el difunto estaba todavía en el aposento, se había presentado para reclamarle con malos modos el dinero del alquiler. Entonces la patrona dijo que había invitado a las dos damas y que éstas no habían aceptado porque era nobles y no podían ir a casa de una mujer que no era noble. A lo cual repuso Catalina Ivanovna que, como ella no era nada, no estaba capacitada para juzgar a la verdadera nobleza. Amalia Ivanovna no pudo soportar esta insolencia y declaró que su Vater aus Berlin era un hombre muy importante que siempre iba con las manos en los bolsillos y haciendo « ¡puaf, puaf! » Y para dar una idea más exacta de cómo era el tal Vater, la señora Lipevechsel se levantó, introdujo las dos manos en sus bolsillos, hinchó los carrillos y empezó a imitar el « ¡puaf, puaf! » paterno, en medio de las risas de todos los inquilinos, cuya intención era alentarla, con la esperanza de asistir a una batalla entre las dos mujeres. ...
En la línea 338
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... Al día siguiente de su libertad, en Grasse, vio delante de la puerta de una destilería de flores de naranjo algunos hombres que descargaban unos fardos. Ofreció su trabajo. Era necesario y fue aceptado. Se puso a trabajar. Era inteligente, robusto, ágil, trabajaba muy bien; su empleador parecía estar contento. Pero pasó un gendarme, lo observó y le pidió sus papeles. Le fue preciso mostrar el pasaporte amarillo. Hecho esto, volvió a su trabajo. Un momento antes había preguntado a un compañero cuánto ganaba al día; 'treinta sueldos', le había respondido. Llegó la tarde, y como debía partir al día siguiente por la mañana, se presentó al dueño y le rogó que le pagase. Este no pronunció una palabra, y le entregó quince sueldos. Reclamó y le respondieron: 'Bastante es eso para ti'. Insistió. El dueño lo miró fijamente, y le dijo: '¡Cuidado con la cárcel!' ...
En la línea 17
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... -Cien -fue la respuesta-. No habría aceptado ni un céntimo menos, así que… ...
En la línea 985
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... Durante esta escena, que iba, quizá, a comprometer gravemente el porvenir de mister Fogg, éste se paseaba con Aouida por las calles de la ciudad inglesa. Desde que la joven había aceptado la oferta de conducirla a Europa, mister Fogg había tenido que pensar en todos los pormenores que requiere tan largo viaje. Que un inglés como él diese la vuelta al mundo con un saco de noche, pase; pero una mujer no podía emprender semejante travesía, en tales condiciones. De aquí resultaba la necesidad de comprar vestidos y objetos necesarios para el viaje. Mister Fogg hizo este servicio con la calma que le caracterizaba, y a todas las excusas y observaciones de la joven viuda, confundida con tanto obsequio, respondió invariablemente: ...
En la línea 1763
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... Lo que había pasado era muy sencillo. Phileas Fogg quería ir a Liverpool, y el capitán había aceptado el pasaje para Burdeos, y a las treinta horas de estar a bordo, a golpes de billetes de banco, la tripulación, marineros y fogoneros, tripulación algo pirata, que~ estaba bastante disgustada con el capitán, le pertenecía. Por eso Phileas Fogg mandaba, en lugar del capitán Speedy, que estaba encerrado en su cámara, mientras que la 'Enriqueta' se dirigía a Liverpool. Solamente que, al ver a Phileas Fogg maniobrar bien, se descubría que había sido marinero. ...

El Español es una gran familia
Reglas relacionadas con los errores de h
Las Reglas Ortográficas de la H
Regla 1 de la H Se escribe con h todos los tiempos de los verbos que la llevan en sus infinitivos. Observa estas formas verbales: has, hay, habría, hubiera, han, he (el verbo haber), haces, hago, hace (del verbo hacer), hablar, hablemos (del verbo hablar).
Regla 2 de la H Se escriben con h las palabras que empiezan con la sílaba hum- seguida de vocal. Observa estas palabras: humanos, humano.
Se escriben con h las palabras que empiezan por hue-. Por ejemplo: huevo, hueco.
Regla 3 de la H Se escriben con h las palabra que empiezan por hidro- `agua', hiper- `superioridad', o `exceso', hipo `debajo de' o `escasez de'. Por ejemplo: hidrografía, hipertensión, hipotensión.
Regla 4 de la H Se escriben con h las palabras que empiezan por hecto- `ciento', hepta- `siete', hexa- `seis', hemi- `medio', homo- `igual', hemat- `sangre', que a veces adopta las formas hem-, hemo-, y hema-, helio-`sol'. Por ejemplo: hectómetro, heptasílaba, hexámetro, hemisferio, homónimo, hemorragia, helioscopio.
Regla 5 de la H Los derivados de palabras que llevan h también se escriben con dicha letra.
Por ejemplo: habilidad, habilitado e inhábil (derivados de hábil).
Excepciones: - óvulo, ovario, oval... (de huevo)
- oquedad (de hueco)
- orfandad, orfanato (de huérfano)
- osario, óseo, osificar, osamenta (de hueso)
Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra h
Más información sobre la palabra Aceptado en internet
Aceptado en la RAE.
Aceptado en Word Reference.
Aceptado en la wikipedia.
Sinonimos de Aceptado.
Palabras parecidas a aceptado
La palabra produjera
La palabra tradiciones
La palabra invenciones
La palabra desarrollo
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La palabra fieras
La palabra criar
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